Pepito, un niño de 6 años que tiene un amigo invisible:
el Gordo Vivencia, ex-seguridad del dúo musical "Vivencia" -un célebre
grupo de mediados de los 70's y principios de los 80's- que se corporiza
en el mundo real y comete todo tipo de desmanes.
Yo estuve ahí: un fanático del rock obsesionado por
llegar lo más cerca posible del escenario. Durante un show de "Judas
Priest" trasciende dimensiones y avanza a través de un mar de cuerpos
sudorosos por el cual puede transportarse a un show de "The Pet Shop
Boys", a un acto de Daniel Scioli o a una conferencia de Paulo Coelho.
Dios, el contestador: agobiado por la demanda crónica
del tema de León Gieco "Sólo le pido a Dios", la máxima autoridad
celestial decide ejercer su legítimo derecho a réplica. "Sólo le pido a
León" funciona como una esmerado y violento discurso en el que reclama a
la humanidad que se haga cargo del libre albedrío.
Y Cacho Macaulayculkin: Cacho era un tipo inteligente
al que le gustaba hacer chistes malos. Para que no lo tomaran por tonto
se le ocurrió coronar la gracia con una onomatopeya: "¿Cómo está el mar?
Como siempre, al lado de la playa. ¡Cuac!". Esta costumbre lo termina
llevando a una granja para adictos a las muletillas televisivas.
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